A Operación pangono pangono, no faro de Vigo.

A Operación pangono pangono, no faro de Vigo.

O pasado día 13 de setembro, O Faro de Vigo publicou unha entrevista realizada a Sandra logo da nosa viaxe a Malawi.

http://www.farodevigo.es/portada-arousa/2015/09/13/sandra-sambade-todavia-empezando-contrastar/1312942.html

Esta é a entrevista completa. Grazas ao Faro de Vigo pola súa publicación.

Sandra Sambade: «Todavía estoy empezando a contrastar con nuestra realidad lo que observé en Malawi»

Sandra Sambade, profesora en O Grove, realizó este verano varias acciones solidarias en el sudeste de África

13.09.2015 | 04:55

La coruñesa Sandra Sambade, profesora de Matemáticas en un instituto de Secundaria en O Grove, regresó el lunes de un lugar donde, según UNICEF, más del 65% de la población sobrevive por debajo del umbral de la pobreza. Se trata de Malawi, un país situado al sudeste de África que limita con Tanzania, Mozambique y Zambia.

Esta joven maestra se desplazó allí durante la segunda quincena de agosto en compañía de dos ingenieros técnicos, Jesús Fernández y Ricardo Baamonde, que imparten clases en la Universidade Laboral de Culleredo, y de un albañil jubilado, Manuel Couto. Todos ellos viajaron como voluntarios de la Fundación Esteban Vigil, y solo Sambade visitaba por primera vez ese destino. Allí se ocuparon de tareas como la instalación de material dedicado a la ventilación en un orfanato y la mejora del acceso a Internet en otros centros de este país que ronda los 16 millones de habitantes y en el que este reducido grupo de aventureros solidarios permaneció casi 20 días.

-¿Cómo surgió la idea de marcharse a Malawi a realizar trabajos en favor de la población local?

-Mi pareja, Jesús, hablaba con mucha pasión del viaje anterior que había hecho con un amigo a esa zona. Comentaban ese asunto con bastante frecuencia y me pareció una gran idea sumarme al proyecto en esta ocasión. Considero que es imprescindible, si surge alguna oportunidad, desplazarte a un lugar diferente donde puedas conocer otra cultura y otra forma de vida.

-¿Trasladarse a Malawi exigía algún tipo de preparación previa especial?

-Fue necesario resolver muchas cuestiones, por lo que entré en una especie de vorágine de situaciones personales que me absorbieron. Ricardo se encargó de los preparativos técnicos, y por otro lado estaban los aspectos relacionados con la salud. Me vacuné contra la fiebre tifoidea, contra la fiebre amarilla, contra la hepatitis… Aparte de las vacunas, seguí un tratamiento oral contra la malaria.

-¿Dónde llevaron a cabo las acciones que se habían propuesto?

-Realizamos los primeros trabajos en el orfanato que fundó en Chezi hace 25 años una misionera de la orden María Mediadora que nació en Ponteceso y se llama María Teresa Andrade. También nos dirigimos al distrito Área 49, situado en Lilongüe, la capital del país, para ocuparnos de una serie de tareas en un centro femenino de estudios. Y otro de nuestros principales destinos fue el hospital rural de Mlale.

-¿Qué acciones llevaron a cabo durante su estancia en el país?

-Nuestro primer objetivo era mejorar el sistema de ventilación de un pabellón ubicado dentro del orfanato. Allí hay dos estaciones, la seca y la húmeda, y en este recinto, que acoge a unos 400 niños, se alcanzan temperaturas muy altas durante la época húmeda. Al final, lo que conseguimos fue instalar extractores de tiro natural para que las condiciones fuesen mejores y se refrescase un poco el ambiente. Yo colaboraba en lo que podía, pero controlo sobre todo la parte informática, y eso era importante, porque nos dedicamos en el hospital a colocar material diverso en este sentido. Reparamos ordenadores y procuramos que mejorase la conectividad a Internet. Otra labor relevante consistió en buscar la manera de que se aprovechase el agua de una especia de depósito que posee el colegio femenino.

-¿Cuál es el motor económico de la zona?

-No sé si es correcto llamarlo motor, pero la economía se fundamenta en la agricultura. La dependencia de la tierra es enorme.

-¿Cómo ha cambiado su perspectiva desde que regresó de Malawi?

-Lo que experimenté allí da para reflexionar muchísimo y todavía estoy empezando a contrastar ese choque constante con otra realidad. Al volver, alucinaba con el desplazamiento por la autopista después de haber recorrido tantos caminos de tierra, de sortear bicicletas, que es un medio de transporte privilegiado allí, y de jugarse la vida en camionetas. Pero prometí que, si puedo, repetiré este viaje.

«Me llevé una imagen positiva de la labor de las monjas»

-¿Qué le ha impresionado más sobre las condiciones de vida de los habitantes de esos lugares?

-En realidad, casi todo me llamaba la atención. Pero destacaría una actividad que se organiza una vez al mes. Se trata de una convocatoria de gente mayor que se reunía en el orfanato. Todos vestían igual para distinguirse como integrantes de ese programa. Acudían unas 120 personas, varias de ellas recorrían unos cuantos kilómetros descalzas y algunas tenían incluso problemas de movilidad.

-¿Qué se hacía durante esa reunión?

-Los mayores portaban algo de lo que habían logrado recoger para los animales que mantenían allí las monjas, entre los que se encontraban, por ejemplo, gallinas y vacas. Entregaban cualquier cosa que hubiesen obtenido de la cosecha, aunque fuera algo simbólico. A cambio, recibían en una pala diferentes productos de alimento y de higiene. La ayuda es limitada y consiste en una aportación muy modesta, pero existe un programa similar para chicos que viven en la calle.

-¿Había actuado como voluntaria anteriormente para alguna asociación solidaria?

-Hasta ahora me había limitado a ofrecer donaciones económicas a Amnistía Internacional y a la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo.

-¿Ha influido algún tipo de motivación religiosa en la decisión de participar en esta iniciativa?

-No, en absoluto. Eso no tuvo nada que ver con mi decisión. Lo que sí debo decir es que me quedo con una imagen muy positiva sobre el esfuerzo y las funciones de las monjas que permanecen allí tratando de cambiar las vidas de otras personas.

Punto de vista

Punto de vista

De vez en cuando te ocurren cosas que hacen que frenes en la rutina de tu día a día plagado de lo que consideras “problemas”, y te encuentras con la oportunidad de conocer, de primera mano, qué es lo imprescindible para viajar por la vida.

Probablemente, pocas cosas materiales y un montón de experiencias y sensaciones a las que me es tan difícil ponerles nombre como, simplemente, describirlas. Esta es la segunda vez que estoy en Malawi y, a sabiendas de que no vamos a cambiar el mundo por dedicar algo de nuestro tiempo y de nuestro saber hacer en un lugar concreto donde las cosas son realmente complejas, si que albergamos la esperanza de que la suma de pequeñas acciones, el aleteo de la mariposa que dirían por ahí, contribuya al cambio global.

De nuevo aquí moviéndome entre emociones complejas, desde ver niños en la carretera llenos de tierra roja corriendo y jugando sin parar de reír, a pequeños malnutridos atendidos en el hospital que no te dejarían indiferente aunque seas una piedra.

El lugar en el que estamos es casi una isla en la que el esfuerzo y el buen hacer de un grupo de mujeres, monjas, rebeldes frente a una situación injusta, contribuyen a cambiar el mundo. Es fácil entender que es lo que te hace volver a Malawi cuando ves miradas como las de la foto, y es fácil también cuando conoces de primera mano la alegría, el esfuerzo y el tesón de las personas que hacen posible lugares como este. Como dice Ricardo, “nos llevamos mucho más de lo que dejamos”.

Jesús

En funcionamento!!

En funcionamento!!

Pouco máis dunha semana dende a nosa chegada a Malawi pero parece que fai moito máis tempo. A verdade foi unha semana moi intensa, un non parar. Soamente dispoñemos de dúas semanas e temos que tratar de aproveitalas o máximo posible.

Dende a nosa última viaxe a Malawi, no Nadal do 2008, notamos bastantes cambios no país. Percibimos, en xeral, que a situación social e económica do país non foi a peor. A pobreza, se ben segue a ser extrema, parece que non é tan crítica coma fai seis anos. Polo que nos comentan as misioneiras de Chezi, mellorouse o acceso á medicación para o tratamento do VIH e as embarazadas portadoras dispoñen agora da medicación para evitar que se transmita a enfermidade ao bebé. Nun dos países coa taxa de SIDA máis alta do mundo esta é unha excelente noticia.

Pola contra, séguese a deforestar o país rapidamente. A leña e o carbón que das árbores se extrae, segue a ser o principal combustible para a poboación do país para cociñar, facendo que a presión sobre os bosques de Malawi siga a medrar. A poboación de Malawi non parou de medrar, debendo estar na actualidade nos 15 millóns de habitantes, facendo do país un dos máis densamente poboados de África. Reduciuse claramente nos últimos anos o número de fillos por familia, pero esta redución non impide que a poboación do país siga a medrar.

Con respecto a Chezi e ás misioneiras, foi unha tremenda alegría volver a coincidir con moitas delas. Houbo moitos cambios nos últimos anos pero o espírito e o tesón no traballo das Misioneiras de María Mediadora segue a ser o mesmo. A pesar das grandes dificultades que se atopan no desenvolvemento do seu traballo, segue a ser admirable como cada día pelexan para mellorar a vida dos máis desfavorecidos do país.

En relación ao noso traballo seguimos “Pangono Pangono”. Cremos que atopamos a maneira de mellorar a conexión a internet en Chezi coa utilización de routers 3G e antenas para mellorar o sinal, pero os continuos cortes na electricidade impedíronnos probar os equipos en condicións ata hoxe. O que xa nos deu tempo foi a montar un extractor de aire no pavillón de actividades de Chezi.

Este pavillón é utilizado para as actividades dos nenos, chegando a xuntarse no seu interior os 400 nenos da misión de Chezi. Posto que o sistema de renovación de aire non era moi bo, no seu interior alcanzábanse altas temperaturas. Cambiamos a idea inicial de montar extractores eléctricos e optamos pola instalación de extractores de tiro natural. A solución máis sinxela é sempre á mellor e desta maneira aseguramos unha ventilación continua do pavillón, independentemente do subministro eléctrico. Aínda así, que sexa unha solución sinxela non significa que sexa fácil nin rápida. Levounos un día enteiro percorrer os almacéns da capital do país, Lilongwe, para atopar un extractor que se adaptara ao que precisabamos.

Ao final decidimos montar esta semana un segundo extractor no pavillón para mellorar a ventilación. Descartamos a instalación do sistema evaporativo de auga que tiñamos pensado nun principio posto que a baixa presión na rede de subministro obrigaría a montar unha bomba hidráulica específica para o sistema. Con menos dunha semana para o noso regreso non cremos que nos fora a dar tempo a rematar a instalación. No caso de que cos extractores non fose suficiente, na nosa seguinte visita montaríamos o sistema de vaporización de auga.

Este domingo o aproveitamos para visitar o Lago Malawi, o terceiro máis grande de África e unha marabilla da natureza. Polo de agora o lago resistiuse a invasión de especies foráneas polo que sigue a contar cunha variedade de peixes endémica fantástica. O lago conta con máis de 300 variedades da familia dos cíclidos. A pesar de que a seca e a presión humana fixeron descender varios metros o nivel do lago este ano, segue a ser unha das paisaxes naturais máis incribles de África.

Esta semana presentase como a anterior, intensa. Rematar co mantemento informático dos ordenadores e montar o segundo extractor no pavillón de Chezi, na residencia da Área 49 facer a conexión eléctrica da bomba que da o servizo para un novo sistema de aproveitamento de pluviais que acaban de rematar, e unha visita dun día ao hospital de Mlale son as tarefas imprescindibles a realizar nesta semana. Xa temos moito avanzado, xa que o luns nos dedicamos a percorrer de novo os almacéns de Lilongwe e pensamos que xa dispoñemos de todo o material preciso, pero algunha cousa faltará que faga que o tempo se nos faga pouco.

Déixovos como foto desta entrada do blog a vista da que dispoñemos dende a nosa casa en Chezi todas as noites. Ás veces dende o propio país, un non atopa a importancia nin o sentido de determinadas cousas. Dende aquí enténdese perfectamente o que significa a contaminación lumínica.