Punto de vista

Punto de vista

De vez en cuando te ocurren cosas que hacen que frenes en la rutina de tu día a día plagado de lo que consideras “problemas”, y te encuentras con la oportunidad de conocer, de primera mano, qué es lo imprescindible para viajar por la vida.

Probablemente, pocas cosas materiales y un montón de experiencias y sensaciones a las que me es tan difícil ponerles nombre como, simplemente, describirlas. Esta es la segunda vez que estoy en Malawi y, a sabiendas de que no vamos a cambiar el mundo por dedicar algo de nuestro tiempo y de nuestro saber hacer en un lugar concreto donde las cosas son realmente complejas, si que albergamos la esperanza de que la suma de pequeñas acciones, el aleteo de la mariposa que dirían por ahí, contribuya al cambio global.

De nuevo aquí moviéndome entre emociones complejas, desde ver niños en la carretera llenos de tierra roja corriendo y jugando sin parar de reír, a pequeños malnutridos atendidos en el hospital que no te dejarían indiferente aunque seas una piedra.

El lugar en el que estamos es casi una isla en la que el esfuerzo y el buen hacer de un grupo de mujeres, monjas, rebeldes frente a una situación injusta, contribuyen a cambiar el mundo. Es fácil entender que es lo que te hace volver a Malawi cuando ves miradas como las de la foto, y es fácil también cuando conoces de primera mano la alegría, el esfuerzo y el tesón de las personas que hacen posible lugares como este. Como dice Ricardo, “nos llevamos mucho más de lo que dejamos”.

Jesús

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *